La defensa de los derechos humanos en América Latina enfrenta desafíos históricos y emergentes. A las amenazas físicas tradicionales se suman ahora los riesgos en el ámbito digital, donde las personas defensoras de derechos humanos son vulnerables a ciberataques, vigilancia, violencia facilitada por la tecnología y otras amenazas. En este contexto, las investigaciones de TEDIC (Paraguay) y Fundación Karisma (Colombia) resulta clave, al ofrecer un acercamiento sobre la seguridad digital y la ciberseguridad que enfrentan quienes luchan por los derechos en Paraguay y Colombia.
Este blog analizamos y comparamos los puntos principales de ambas investigaciones, destacando sus similitudes, diferencias y aportes. A partir de los hallazgos, reflexionamos sobre los desafíos y oportunidades que presentan los entornos digitales para las personas defensoras de derechos humanos en ambos países.
Contexto y propósito de las investigaciones
En los últimos años, los términos de ciberseguridad y seguridad digital se han convertido en expresiones de uso y preocupación corriente. dado que se refieren a las actividades humanas y, en lo que nos interesa, se abarcan a un aspecto central para las personas defensoras de derechos humanos, especialmente en América Latina, donde los contextos de violencia, inequidad y acceso desigual a la tecnología imponen retos para la agenda de la defensa de los derechos humanos. En Colombia y Paraguay, las personas que luchan por los derechos fundamentales enfrentan no solo amenazas físicas, sino también crecientes riesgos en el ámbito digital.
Este blog tiene como objetivo comparar dos estudios recientes que abordan las dinámicas de apropiación digital y los riesgos que enfrentan en el ámbito digital unos grupos de personas defensoras de derechos humanos en ambos países, con el fin de identificar puntos en común y diferencias clave que permitan desarrollar mejores estrategias de protección en el entorno digital. Tanto en Colombia como en Paraguay, las personas defensoras de derechos humanos desempeñan un papel crucial en la promoción de la justicia social y la protección de las comunidades vulnerables. No obstante, su labor está marcada por las vulnerabilidades que enfrentan en todos los aspectos de su vida, inclusive en el espacio digital, donde los ataques a su privacidad, el acoso en línea y el uso indebido de sus datos personales se han convertido en amenazas cotidianas.
Aunque las dos investigaciones siguieron una misma estructura la forma como se desarrollaron marca diferencias importantes que deben ser consideradas a la hora de valorar la comparación que haremos. De estas limitaciones debemos resaltar la aproximación que tienen los dos informes sobre este tema y el grupo de personas que consultaron. Mientras que el informe paraguayo parte de la idea de ciberseguridad, el colombiano se aproxima desde la idea de seguridad digital. Si bien son dos conceptos interconectados, la ciberseguridad se centra en las protecciones técnicas contra los ciberataques, mientras que la seguridad digital parte de un enfoque más holístico para proteger todas las actividades, activos e identidades digitales. Aunque las aproximaciones de los informes en este sentido son diferentes, los dos se centraron en analizar los riegos que estas personas enfrentan en el ámbito digital y ambos buscan hacer propuestas para mitigar estos riesgos.
Considerando esto último la comparación se centrará en ese aspecto que es común a cualquiera de las dos aproximaciones, tanto la de ciberseguridad como la de seguridad digital. De otro lado, como será evidente en la descripción de las metodologías, ambos informes se hicieron con un centenar de encuestas entre grupos concretos de personas defensoras de derechos humanos, ambos se aproximan a la experiencia de estas personas fuera de los grandes centros urbanos pero en Paraguay se enfocaron en zonas urbanas mientras que el informe colombiano tiene una mirada más rural, adicionalmente, aunque ambos realizaron un centenar de encuestas hay que considerar que en Paraguay se tiene una población de unos siete millones y medio de personas, mientras que la población colombiana es de unas cuarenta y cinco millones de personas.
La comparación de las investigaciones revela diferencias importantes en las dinámicas de riesgo y protección. En Colombia, el enfoque en la apropiación digital resalta la importancia de que las personas defensoras sean no sólo usuarios de la tecnología, sino también agentes activos en su adaptación y utilización para la defensa de los derechos humanos. En cambio, el estudio en Paraguay enfatiza en las percepciones y conocimientos sobre ciberseguridad, lo que proporciona un panorama más claro de las debilidades y fortalezas en el uso de herramientas digitales para su labor diaria. Esta diferencia metodológica puede verse como una oportunidad para explorar cómo las soluciones digitales pueden adaptarse mejor a las necesidades locales de las personas defensoras en cada país.
Con los limitantes mencionados, este análisis busca, a través de un análisis comparativo, ofrecer una visión más amplia sobre las condiciones de seguridad digital en Colombia y Paraguay entre defensores de derechos humanos en la región. Al examinar los enfoques metodológicos y los hallazgos principales de ambos estudios, se espera proporcionar insumos valiosos para la creación de estrategias regionales que fortalezcan la seguridad digital y la apropiación tecnológica entre las personas defensoras de derechos humanos en América Latina que compartan la caracterización de población que participó en estos estudios. La convergencia de estas realidades puede, en última instancia, contribuir a la elaboración de políticas públicas más inclusivas y efectivas para enfrentar los riesgos digitales de quienes luchan por la protección de los derechos fundamentales.
A lo largo de este blog, abordaremos estas diferencias y similitudes, destacando cómo cada enfoque responde a las necesidades locales y cuáles son sus implicaciones.
Definición de persona defensora de derechos humanos
Las investigaciones de Paraguay y Colombia sobre las personas defensoras de derechos humanos destacan su papel fundamental en la promoción y protección de los derechos fundamentales, aunque abordan esta realidad desde enfoques distintos.
En Paraguay, se enfatiza la definición de la ONU sobre personas defensoras de derechos humanos, destacando su derecho y deber de proteger estos derechos en un contexto de creciente dependencia tecnológica y vigilancia. El informe subraya la necesidad de leyes específicas que fortalezcan su labor frente a los riesgos digitales, particularmente en el ámbito de la ciberseguridad.
Por otro lado, en Colombia, se adopta un enfoque inclusivo que amplía la definición de defensor a líderes sociales y personas comprometidas con acciones pacíficas en favor de los derechos humanos, independientemente de su contexto o profesión. Este enfoque resalta la diversidad de actores involucrados en la defensa de los derechos y la necesidad de protegerlos frente a las amenazas digitales.
Ambos informes coinciden en la importancia de la seguridad digital como un elemento clave para garantizar la integridad de las personas defensoras y la efectividad de su labor. Mientras en Paraguay se aboga por un enfoque técnico y colaborativo entre sectores, en Colombia se reconoce la multiplicidad de contextos y la necesidad de estrategias adaptadas a cada realidad. En conjunto, subrayan la importancia de estas personas en la construcción de sociedades justas y democráticas.
Enfoque metodológico de las investigaciones
Ambas investigaciones utilizan enfoques mixtos, pero difieren en la selección de participantes, técnicas de recolección de datos y contextos específicos. El estudio de Paraguay se llevó a cabo con un enfoque exploratorio, buscando establecer una línea de base sobre la ciberseguridad de las personas defensoras de derechos humanos. Este trabajo se inspira en un estudio previo inédito realizado por la Fundación Karisma en Colombia, lo que indica una intención de construir sobre investigaciones anteriores. Por otro lado, la investigación en Colombia también utiliza un enfoque mixto, combinando técnicas cuantitativas y cualitativas, pero se centra en obtener una comprensión integral de la apropiación digital y los riesgos digitales que enfrentan las personas defensoras de derechos humanos.
En Paraguay
- Muestra: 130 personas defensoras, seleccionadas en colaboración con la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY).
- Recolección de datos: Encuestas descriptivas administradas de manera sincrónica (teléfono) y asincrónica (WhatsApp), además de entrevistas a informantes clave y dos grupos focales.
- Análisis: Estadísticas descriptivas para identificar patrones en el uso de tecnología, riesgos y medidas de protección.
En Colombia
- Muestra: 107 personas defensoras, seleccionadas a través de redes asociadas a la fundación, con énfasis en zonas rurales.
- Recolección de datos: Encuestas probabilísticas con preguntas cerradas, cinco grupos focales y análisis cualitativos detallados.
- Análisis: Construcción de indicadores para medir la apropiación digital y los riesgos de seguridad, con un enfoque técnico en la triangulación de datos.
Sociodemografía de participantes
El análisis sociodemográfico de las personas defensoras encuestadas ofrece información valiosa sobre quiénes enfrentan riesgos digitales en ambos países.
Similitudes
- Edad: Ambos informes presentan una mayoría de participantes jóvenes. En Paraguay, el 68,4% tiene menos de 45 años, mientras que en Colombia esta cifra es del 82%.
- Educación: Las personas defensoras tienen altos niveles educativos en ambos países. En Paraguay, el 57,4% tiene un título universitario, y en Colombia, el 30,84%.
Diferencias
- Distribución geográfica:
- En Paraguay, las personas defensoras están concentrados en áreas urbanas (60,8% en Asunción y Central).
- En Colombia, predominan las zonas rurales y selváticas, con el 54% de los participantes en la Orinoquía y Amazonía.
- Diversidad de género:
- En Paraguay, el 61,5% de las personas participantes son mujeres, y el 2,3% se identifica como no binario.
- En Colombia, el 53,27% son mujeres, pero se observa mayor diversidad en identidades trans (4,67%).
La representación geográfica y la diversidad de género reflejan las particularidades de cada país, influyendo en cómo se perciben y enfrentan los riesgos digitales.
Vulneraciones, riesgos e incidentes digitales
Ambos informes reflejan deficiencias importantes en la formación y adopción de medidas de protección digital:
- Capacitación: En Paraguay, el 76,2% de las personas defensoras encuestadas no ha recibido formación en seguridad digital, una cifra similar al 75% en Colombia. Esta falta de preparación deja a las personas defensoras vulnerables ante los riesgos digitales.
- Prácticas inseguras:
- En Paraguay, el 56,2% reutiliza contraseñas, y el 70% permite el inicio de sesión automático, lo que aumenta el riesgo de hackeo. En Colombia, aunque no se especifican cifras, la reutilización de contraseñas también se considera un factor de alto riesgo.
- El uso de antivirus es bajo en ambos contextos: 37,7% en Paraguay y 15% en Colombia, reflejando una limitada protección contra malware.
Respaldo y protección de información
- Copia de seguridad: Solo el 52,3% de las personas encuestadas en Paraguay realiza respaldos de información, frente al 12,15% en Colombia, donde esta práctica es aún más limitada.
- Redes Wi-Fi: En ambos países, el 70% de las personas defensoras utilizan contraseñas para proteger sus redes, pero muy pocos las cambian periódicamente (10,8% en Paraguay y 25,23% en Colombia). Esto pone en evidencia un punto débil crítico en la seguridad de sus conexiones.
Incidentes de seguridad digital reportados
Las personas defensoras en ambos países enfrentan amenazas similares, aunque con variaciones en su frecuencia:
- Hackeos e ingresos no autorizados: Más comunes en Paraguay (38,9%) que en Colombia (19%).
- Phishing: Frecuente en ambos países, con 24,1% de los encuestados en Paraguay y 22% en Colombia afectados.
- Suplantación de identidad: Reportada por el 22% de los defensores en ambos países, afecta la confianza en las comunicaciones digitales.
- Violencia digital: En Paraguay, la violencia en redes sociales y grupos de WhatsApp es percibida como la forma más frecuente de agresión, con impacto psicológico significativo. En Colombia, aunque menos reportada, también representa un riesgo relevante.
Diferencias notables
- Interceptación de comunicaciones: Más alta en Paraguay (20,4%) que en Colombia (4,67%), lo que evidencia un mayor riesgo de vigilancia en el contexto paraguayo.
- Confiscación de dispositivos: Más frecuente en Paraguay (3,74%) que en Colombia (1,9%), reflejando diferencias en el contexto de seguridad institucional y social.
En Paraguay, el uso predominante de WhatsApp para la comunicación y el intercambio de documentos en zonas rurales incrementa las vulnerabilidades, al depender casi exclusivamente de esta plataforma. Además, la ausencia de leyes de protección de datos expone a las personas defensoras a mayores riesgos, como el uso indebido de grabaciones de reuniones sin consentimiento, un caso emblemático documentado en el informe.
Violencia de género facilitada por la tecnología
Las investigaciones de Paraguay y Colombia revelan la persistencia y gravedad de las distintas expresiones de la violencia de género facilitada por la tecnología, afectando de manera significativa a las personas defensoras de derechos humanos. Aunque existen similitudes en las formas más comunes de agresión, como el ciberacoso y la discriminación, los datos también reflejan diferencias en la frecuencia y naturaleza de estos incidentes.
Similitudes
- Ciberacoso: Es una de las formas más reportadas en ambos países, afectando al 21,6% de las personas encuestadas en Paraguay y al 14% en Colombia.
- Discriminación por género, sexo u orientación sexual: Impacta al 21,6% en Paraguay y al 14,9% en Colombia, evidenciando cómo estas agresiones están profundamente arraigadas en prejuicios y estigmas sociales.
- Acoso sexual: A través de redes sociales, correos electrónicos o mensajes de texto, afecta de manera similar en ambos países: 15,7% en Paraguay y 14% en Colombia.
Diferencias
- Ofensas sexuales: En Colombia, estas expresiones ofensivas verbales o escritas tienen una mayor prevalencia (16,8%) que en Paraguay (13,7%), lo que refleja un contexto de mayor agresión verbal en el país andino.
- Doxxing: La divulgación no consentida de información personal es significativamente más alta en Paraguay (9,8%) que en Colombia (2,8%), indicando un mayor riesgo para la privacidad e integridad de las personas defensoras en el contexto paraguayo.
- Divulgación de imágenes íntimas y sextorsión: Estas formas de violencia, aunque menos comunes, están presentes en ambos países. En Paraguay, el 3,9% reportó la divulgación no consentida de imágenes íntimas frente al 2,8% en Colombia. La sextorsión afecta al 2% en Paraguay y al 0,9% en Colombia.
Aunque existen similitudes en las formas de violencia digital que enfrentan los defensores de derechos humanos en Paraguay y Colombia, las diferencias en su prevalencia y gravedad reflejan las particularidades de cada contexto. Esto destaca la necesidad de estrategias locales adaptadas para abordar la violencia de género en los entornos digitales.
Aprendizajes y recomendaciones
A pesar de las diferencias en sus enfoques, las investigaciones de TEDIC y Fundación Karisma ofrecen lecciones valiosas para mejorar la protección digital de las personas defensoras de derechos humanos. Entre las principales recomendaciones se encuentran:
- Capacitación en seguridad digital: Ambos informes coinciden en la necesidad de formar a las personas defensoras en prácticas básicas de protección, como el uso de contraseñas seguras y el cifrado de información.
- Adaptación a contextos locales: Las soluciones deben considerar las realidades específicas de cada país, como la dependencia de WhatsApp en Paraguay y las desigualdades de acceso en Colombia.
- Políticas públicas inclusivas: Es crucial desarrollar marcos legales que protejan a los defensores frente a amenazas digitales, incluyendo legislación sobre protección de datos y vigilancia.
En última instancia, ambas investigaciones subrayan la importancia de fortalecer las capacidades digitales de las personas defensoras, no solo para mitigar riesgos, sino también para empoderarles como agentes autónomos en la defensa de los derechos humanos en un entorno cada vez más digitalizado.
Conocé los hallazgos descargando el informe.