El Partido de los Trabajadores (PT) de Paraguay-un partido no hegemónico y de pocos recursos- fue objeto de censura por parte de la red social Facebook, obligando al mismo a tomar medidas para no perder su derecho al libre ejercicio de la expresión en Internet.
El caso
En septiembre pasado, el Partido de los Trabajadores (PT) publicó un artículo con reflexiones en torno al apresamiento de Oscar González Daher- ex senador y ex presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM)- un caso inédito en el país en cuanto a apresamiento de una autoridad electa.
El artículo fue publicado en la página oficial del PT http://ptparaguay.litci.org/ y distribuido en redes sociales. Facebook es actualmente la red social más popular del partido, con más de 8.000 seguidores y una cuenta bastante activa que visibiliza todo el trabajo del PT.
Sin embargo, y para la gran sorpresa de los involucrados, a poco de ser publicada la nota, tanto el artículo como el propio dominio (dirección de la página web) fue calificado como spam por la red social.
Lo anterior implica una serie de problemas: Una vez que Facebook califica como spam a una página web, ella automáticamente deja de ser compartible en dicha red social, imposibilitando la distribución de cualquier información contenida en ella y por cualquier usuario de la red, tanto el PT como terceros.
Un paso atrás: Normas comunitarias de Facebook y spam
Invocando principios como la seguridad, la equidad y la voz, Facebook pone a disposición de distintos usuarios sus“Normas Comunitarias”, un conjunto de -valga la redundancia- normas comunitarias que describen que se permite y que no se permite en Facebook.
En su inciso (IV) Integridad y autenticidad, el apartado 16 aborda el Spam y señala que:
“Nos esforzamos arduamente para limitar la difusión de spam comercial con el fin de evitar publicidad falsa, fraudes y violaciones a la seguridad, que evitan que las personas compartan y se conecten. No permitimos que las personas usen información engañosa o imprecisa para aumentar el número de Me Gusta, seguidores o veces que se comparte el contenido”
Es importante reconocer los esfuerzos de Facebook por transparentar los procesos de moderación de contenido en su red social. Al establecer normas comunitarias generales, la misma establece reglas de juego que deben ser respetadas de antemano. Sin embargo, cada caso en particular debe ser estudiado, para evitar discrecionalidades y no terminar censurando a ciertos discursos.
Trasladando la aplicación de las normas comunitarias al caso específico del Partido de los Trabajadores, vale la pena analizar una serie de puntos relacionados al problema que enfrentaron, así como la responsabilidad específica de Facebook al censurar un partido político de izquierda ( Sin entrar a evaluar aquí si la acción fue directa o indirecta por parte de la plataforma):
- La página web en cuestión fue marcada como spam posterior a la publicación de un análisis que atacaba de manera frontal a la corrupción, un cáncer aquistado en la actual democracia paraguaya y que está relacionada a complejas roscas de poder político y económico tradicionales, así como nuevos actores como el narcotráfico.
- No se identifican mecanismos satisfactorios para apelar decisiones de Facebook una vez que ella categoriza un dominio de página web como spam. Tanto en el servicio de ayuda de Facebook como en el propio foro de preguntas frecuentas, numerosos usuarios dan cuenta de como sus dominios fueron bloquedos sin explicación aparente, y con nula respuesta de Facebook.
- El actual servicio Facebook Debugger– que entre otras cosas, lo que hace es ayudar a identificar errores que Facebook lee de una página web para poder posteriormente solucionarlos con un desarrollador- ha recibido numerosas críticas de usuarios que han seguido las instrucciones dadas por la misma para “poner a punto” su página web según las exigencias de Facebook, y mismo así siguen categorizadas como spam.
- Solamente desde un punto de vista de usuario, el servicio de ayuda de Facebook dificulta enormemente encontrar información sobre que pasos se pueden realizar para desclasificar una página web como spam: Usuarios se quejan en distintos países sobre el problema, y la única respuesta oficial encontrada a la fecha dentro del servicio de ayuda de Facebook es a un usuario angloparlante. En el caso de preguntas escritas en español, no se identifica ningún tipo de respuesta por parte de la plataforma.
Libertad de expresión en Paraguay y en Internet
La libertad de expresión se encuentra consagrada en la Constitución de la República del Paraguay en su artículo 26, estableciendo que:
“Se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa, así como la difusión del pensamiento y de la opinión, sin censura alguna, sin más limitaciones que las dispuestas en esta Constitución: en consecuencia, no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja. No habrá delitos de prensa, sino delitos comunes cometidos por medio de la prensa”
A nivel internacional, tanto la Carta Universal de Derechos Humanos como el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas reconocen la importancia y el derecho a la libertad de expresión. Ambos instrumentos se encuentran también ratificados por Paraguay.
Por otro lado, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su 32° período de sesiones aborda explícitamente la relación entre libertad de expresión y entornos en línea, al decir que:
“Afirma que los derechos de las personas también deben estar protegidos en Internet, en particular la libertad de expresión, que es aplicable sin consideración de fronteras y por cualquier procedimiento que se elija, de conformidad con el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”.
Se evidencia así a la libertad de expresión como un derecho ampliamente reconocido a nivel local e internacional. Las plataformas digitales que almacenan y distribuyen contenido deben tomar todas las medidas necesarias para asegurar un ejercicio libre y seguro de este derecho, más allá de tomar las precauciones específicas que pueden atribuirse como patios privados que deciden qué tipo de contenido no es aceptable en su plataforma, ejemplo: desnudos o contenido sexual en Facebook.
Así también, la libertad de expresión en su interrelación con otros derechos como el acceso a la información, la libre asociación y circulación y privacidad, fortalecen todavía más la importancia de la plena vigencia de la misma en entornos físicos y también digitales.
Responsabilidad de intermediarios sobre el contenido de terceros
La llamada responsabilidad de intermediarios en Internet tiene una serie de características que determinan justamente el grado de responsabilidad que se atribuye- o no- a un intermediario sobre el contenido publicado por terceros.
Dependiendo de las legislaciones de cada país, lo anterior varía. Por ejemplo, la Sección 230 del Communication Decency Act de Estados Unidos establece explícitamente que:
«Ningún proveedor o usuario de un servicio informático interactivo será tratado como el editor o el portavoz de cualquier información proporcionada por otro proveedor de contenido de información».
Así, los intermediarios en línea que almacenan o re-publican discurso están exentas de una serie de leyes o enfoques que podrían hacer que las mismas sean responsables del contenido publicado por terceros.
Sin embargo, lo anterior no significa una plena discrecionalidad por parte de terceros privados: A la hora de realizar actos explícitos de remoción de contenido, las plataformas deben cumplir con estándares de derechos humanos y, por sobre todas las cosas, permitir el libre acceso a la información y la libertad de discurso de sus usuarios en el entorno en línea.
Al otro lado del charco, la Directiva de Comercio Electrónico de la Unión Europea establece que los responsables de contenidos son los usuarios que publican el contenido. Las plataformas están obligadas a intervenir o remover el contenido solamente si son informadas de una violación.
No existe una obligación de monitoreo activo sobre la actividad de sus usuarios. Esto sin embargo tendrá un cambio de paradigma con la adopción de la Directiva de Derechos de Autor y el polémico artículo 13, aprobado a finales de marzo pasado.
Desde América Latina, se necesitan espacios de reflexión que aborden la temática de manera multistakeholder a modo de reflexionar sobre los mejores enfoques para asegurar la expresión en línea y desde una regulación con perspectiva de derechos humanos .
El debate alrededor de un enfoque y ecosistema que satisfaga a todas las partes está lejos de solucionarse, y será un tema que probablemente seguirá en una puja de poderes entre distintos actores e intereses del ecosistema de Internet.
Reflexiones finales
Volviendo al caso específico del Partido de los Trabajadores, una medida que adoptaron los mismos para evitar momentáneamente la censura y bloqueo fue, por ejemplo , publicar en su muro de Facebook links a Twitter para de ese modo asegurar la circulación del posteo original.
Como última instancia, sin embargo, se vieron coaccionados de manera indirecta por la plataforma a cambiar su dominio a uno nuevo, para poder así hacer circular de manera orgánica su contenido en la principal red social que están ocupando.
El caso descrito es de amplia preocupación por dos motivos: Uno, la manera actual en la cuál está construida la arquitectura o sistema de apelación de Facebook, y dos, la metodología en la cuál se disponibiliza la información para hacer seguimiento de casos que emanan de la propia aplicación de las Normas Comunitarias, impactan y dificultan sobremanera a acceder a la información sobre varios temas, entre ellos, como desbloquear una página web que erróneamente fue clasificada como spam. Esto debe ser solucionado de manera urgente.
Preocupa sobremanera también que todavía se sigan priorizando desde la plataforma consultas escritas en inglés (por lo menos aquellas que se encuentran de manera inmediata en la página). No solo existe una clara desatención de la plataforma en garantizar derechos internacionalmente reconocidos, sino que desde un punto de vista de consumidor existe una discriminación silenciosa por parte de esta plataforma que debe urgentemente ser revisada.
Un último tema a analizar es como la censura no solo impacta en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión en sí, sino que, como consecuencia directa, obliga a un partido pequeño a incurrir en un gasto económico para seguir difundiendo su trabajo. Recursos que bien podría utilizar para realizar otro tipo de actividades importantes.
Volviendo a uno de los puntos planteados al inicio del artículo, algunas de las medidas implementadas por Facebook para generar un ecosistema más saludable para todos sus usuarios a través de normas comunitarias, son ampliamente celebrados.
Sus políticas de transparencia que informan el cumplimiento de sus normas comunitarias y el tipo de contenido que están pro-activamente identificando y removiendo, son señales de Facebook que, si bien responden a intereses económicos y de manutención de usuarios, pueden garantizar un mejor entorno a toda la comunidad que en ella habita.
Por otro lado, la aplicación de estas normas comunitarias- desde un punto de vista legal y operativo- todavía plantean una serie de problemas que necesitan ser revisados a fondo por dicha empresa: Casos como el del Partido de los Trabajadores, resaltan la necesidad de analizar cada caso con perspectivas multidisciplinarias para poder asegurar un entorno en línea verdaderamente saludable, en donde se garantice realmente que la voz de todos y todas sea escuchada.