Los rumores de fraude electoral en las recientes internas partidarias del Partido Liberal Radical Auténtico y la Concertación Nacional para un Nuevo Paraguay, ponen de manifiesto la falencia de enfocar los sistemas electrónicos de votación como la única respuesta del Estado para generar confianza en el proceso electoral. Evidencian más bien la necesidad de fortalecer al sistema electoral de manera integral, y no implementar medidas parche que se sustentan en discursos tecno-solucionistas.
Los últimos dos años se han caracterizado por numerosas jornadas electorales en América Latina: Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y otros países han desarrollado distintas elecciones. Estos países han sido testigos de la prevalencia de las tecnologías digitales en tales procesos, desde el uso de máquinas de votación electrónica en países como Brasil, la disputa electoral en redes sociales y aplicaciones de mensajería y el incremento de la violencia política hacia mujeres y otras disidencias. Nos encontramos así ante un delicado contexto regional que se encuentra en pleno proceso de definir un balance en la intersección de la tecnología, la democracia y los derechos humanos y del cuál nuestro país no está exento.
Las últimas internas partidarias realizadas en diciembre del 2022 todavía no terminaron. ¿Por qué? Más allá del anuncio de las candidaturas vencedoras por parte del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), acusaciones de diverso tono han manchado dichas internas, y se encuentran en pleno proceso de resolución. Concretamente, diversos movimientos y partidos alegan un fraude a gran escala y en diversos momentos. Pero… ¿qué tiene que ver la tecnología con todo este proceso?
Las acusaciones
Desde el pasado 18 de diciembre del 2022 – día de las internas partidarias – hasta el día de hoy, diversos argumentos, videos y publicaciones en redes sociales reconstruyen aparentes irregularidades1 presentadas el día de las elecciones.
Entre las principales, se encuentran las acusaciones del candidato a senador Eduardo Nakayama. El mismo acusa de fraude en las internas del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) en favor de la candidata Hermelinda Alvarenga debido a una carga “descomunal y desproporcionada de votos”. Tal candidato señala que la cantidad de personas que votaron en ciertas mesas no coincide con la cantidad de votos que se cargaron a favor de la candidata. El candidato señaló también que debido al tiempo promedio estimado de voto por el TSJE de 2,5 minutos por elector, el hecho de que se votó por 10 horas (600 minutos) da una media de 240 electores y, por ende, toda mesa que supere los 245 electores se constituye en fraude ya que, para que esto fuera posible, se debería haber votado por más horas de las habilitadas en los colegios electorales.
Las internas de la Concertación Nacional para un Nuevo Paraguay (Concertación Nacional) también han sido objeto de acusaciones. Concretamente, apoderados del partido Patria Querida denunciaron el día de las elecciones que la mesa N.º 5 de la Escuela Básica Natividad de María en la ciudad de Asunción estaba cometiendo fraude, mediante un sistema en el cuál miembros de mesa entregaban papeletas electrónicas impresas y firmadas a ciertos votantes para que los cargaran sistemáticamente en las máquinas de votación. Esto desencadenó una serie de intervenciones por parte del Ministerio Público y la imputación de ocho personas bajo el rótulo de “falseamiento de elecciones”, además de denuncias que buscan que se declaren nulas tales internas y que se vuelvan a llamar a elecciones.
¿Fraude a través de máquinas de votación electrónica?
Desde TEDIC acompañamos el debate sobre las máquinas de votación electrónica hace tiempo. Desde los primeros debates legislativos hasta la implementación de las máquinas de votación en las internas municipales del 2021, buscamos generar posicionamientos y evidencias sobre el uso e implementación de las máquinas de votación electrónica, con base en experiencias a nivel internacional.
Las acusaciones de fraude tienen un importante componente que incorpora a las máquinas de votación electrónica como uno de los causales para afirmar que el fraude electoral existió. Por esto, consideramos necesario conectar tales afirmaciones con hallazgos denunciados por especialistas informáticos en Argentina que estuvieron involucrados en la auditoría de las máquinas de votación electrónica de Magic Software Argentina (MSA), utilizadas en ciertas provincias de dicho país. Esta empresa está adjudicada para implementar el mismo sistema en nuestro país.
Tanto los argumentos de Nakayama como de los apoderados de Patria Querida hacen alusión a una carga sistemática y desproporcionada de votos en favor de uno o más candidatos. Esto a través de un elector con múltiples papeletas o infiriendo la imposibilidad temporal de una cantidad de votos emitidos en ciertas mesas para una candidata.
Para tales declaraciones, identificamos dos tipos de ataques que los especialistas informáticos denunciaron en su momento y que publicamos desde TEDIC en una investigación. Los mismos tienen cierta relación con las denuncias realizadas: Ataques multivoto y rellenado de urnas.
Multivoto
El ataque multivoto permite en teoría alterar el conteo de los votos. Esto mediante la posibilidad técnica de que un chip RFID almacene más de un voto. Ante una situación de no control en la fase de escrutinio por parte de las autoridades de mesa, el resultado puede pasar inadvertido, con el efecto directo de una emisión desproporcionada de votos en favor de determinados candidatos.
Rellenado de urnas
Este ataque contempla un componente humano y otro del sistema informático. Implicaría que un votante deposite dos boletas en la urna: Una emitida válidamente en el acto y otra previamente impresa que alguien le hubiera entregado previamente. Esto debido a que el acto de cierre del sistema no incluye ninguna información sobre la cantidad de votos emitidos durante la jornada. En el escrutinio, la máquina solo contabiliza los votos que lee y al final informa el resultado en el acta de resultados de mesa. Entonces, en el momento del escrutinio resultaría imposible diferenciar ambas papeletas. Si sumado a esto no se contrasta la cantidad de boletas con la cantidad de votantes, la situación pasaría completamente inadvertida.
Otro tipo de ataques como la suplantación de credenciales a nivel de personal técnico o de presidente de mesa pueden habilitar a la manipulación en otro tipo de niveles, y podrían generar manipulaciones similares. Sin embargo, a efectos ilustrativos, los dos ejemplos de más arriba podrían tener una relación más directa con las denuncias planteadas. Se puede acceder a la totalidad de ataques identificados, y todavía más importante, las propuestas de medidas de mitigación por parte de especialistas informáticos aquí.
Más allá de las máquinas de votación electrónica
Más allá de las posibilidades reales de ataques informáticos que permitan la alteración de los resultados en las elecciones, desde TEDIC consideramos crucial evaluar el contexto socio- político e institucional en el cuál cualquier tecnología es implementada. Desde una mirada de eficiencia de la política pública, consideramos crucial que el debate gire hacia que garantías deben ser instauradas desde la autoridad electoral para dar todas las certezas en torno al resultado del proceso electoral.
Lo anterior va mucho más allá de la instauración de tecnología en el proceso electoral, e implica abordar temas históricamente estudiados por organizaciones de la sociedad civil y observadores internacionales electorales, que señalan problemas como la prevalencia de actividades de campaña y presencia de puestos de partidos políticos en las intermediaciones de los centros de votación, la baja presencia de observadores electorales nacionales, la protección inadecuada del secreto al voto debido a una disposición inadecuada de las mesas y otros.
En lo que respecta a las máquinas de votación, continuamos viendo una serie de fallas que ponen en riesgo la credibilidad del sistema, y que deben ser abordadas por el TSJE. Por un lado, la imposibilidad real de auditoría de las máquinas de votación, por cuestiones de propiedad intelectual de la empresa proveedora de tales máquinas, excluyen del proceso democrático a la ciudadanía interesada en involucrarse en el proceso electoral. Sumado a esto, la percepción actual del TSJE de permitir que solo representantes de partidos políticos accedan a la jornada de control de las máquinas de votación es una importante falla que debe ser subsanada, a modo de permitir que la sociedad civil organizada, academia y comunidad técnica audite las máquinas de votación electrónica. Con sus luces y sombras, experiencias como la brasileña dan cuenta de como una autoridad electoral puede transparentar de manera más activa la información sobre las máquinas de votación electrónica, e incluir a diversas partes interesadas en el proceso.
Por otro lado, es importante capacitar a las autoridades y miembros de mesa sobre el reglamento electoral. Una encuesta de usabilidad que realizamos en 2021 en Asunción a más de cuatrocientos votantes, arrojó como resultado que el 15,8% de los votantes en Asunción entraron acompañados al cuarto oscuro bajo la excusa del voto asistido. El informe de Observación Electoral de Alma Cívica señala que no se garantiza el ejercicio del voto secreto. Esto se basa en las fiscalizaciones de los observadores electorales, quienes reportaron casos de acompañamiento de una misma persona en el cuarto oscuro, situación que se dió en 206 locales de votación, lo que representa el 24% de la muestra2. Estas situaciones no pueden ser permitidas, ya que pueden generar confusión sobre los mecanismos legales habilitados por el TSJE para brindar ayuda a los votantes en su interacción con las máquinas.
Conclusión
La percepción constante de fraude en las elecciones en Paraguay sienta peligrosos precedentes: Deslegitima el proceso electoral y lo extiende al sistema democrático como un todo. En un contexto de polarización cada vez más acentuado, debido a la falta de diálogo entre los diferentes puntos de vista y al impacto de algoritmos en redes sociales que fragmentan los discursos y las audiencias, nos enfrentamos a un escenario preocupante, cuyos efectos ya podemos observar en países vecinos como Brasil. Allí, la sospecha de fraude electoral en un ambiente altamente polarizado ha provocado una de las crisis más traumáticas para la democracia en el país desde la dictadura militar.
En ese sentido, es importante recordar que las últimas elecciones presidenciales en Paraguay proclamaron como presidente a Mario Abdo Benítez por el 46,4% de los votos frente al 42,7% del opositor Efraín Alegre. Si la disputa electoral de abril próximo termina de manera similar, es razonable suponer que acusaciones de fraude electoral pueden desembocar en escenarios preocupantes que erosionen el sistema democrático y que deben ser evitados a toda costa. El contexto institucional debe mejorar la transparencia para un escrutinio efectivo de las máquinas de votación electrónica y de manera urgente mejorar la implementación de esta política pública el día de las elecciones.
Hacemos un llamado a las autoridades electorales para que incorporen la evidencia generada por la sociedad civil especializada en materia electoral, tanto desde el punto de vista político como tecnológico, social y ambiental y genere las condiciones que permitan un mayor control del sistema de votación electrónica tal cual está implementado a la fecha. Así también, invitamos a candidaturas políticas, legisladores y hacedores de políticas públicas, a no caer en discursos tecno-solucionistas que buscan incorporar más tecnología en el proceso electoral, cuando ni siquiera hemos terminado de debatir e identificar los mejores caminos para solucionar los problemas que tenemos actualmente con la tecnología implementada en la fase de emisión de votos.
1A la fecha de publicación de este artículo, tales acusaciones se encuentran en proceso de resolución en el ámbito de la Justicia, por lo cual este artículo hablará en tono de aparentes y supuestas irregularidades hasta tales causas sean efectivamente resueltas por las autoridades competentes.
2Es importante destacar un importante esfuerzo de colaboración entre la organización TEDIC y Alma Cívica para recolectar datos similares en lo que refería al uso de máquinas de votación electrónica por parte de electores. Más información aquí: https://www.tedic.org/que-estuvimos-haciendo-en-las-eleccionesmunicipales2021/