Starlink, empresa estadounidense fundada por Elon Musk, tiene el objetivo de posicionarse como el principal proveedor mundial de servicios de Internet. Para lograr esto, está implementando una ambiciosa iniciativa que implica la creación de una constelación global compuesta por miles de satélites, con ingresos de 30.000 millones de dólares este año. Las proyecciones financieras obtenidas por The Wall Street Journal en 2017 muestran que la empresa espera tener más de 40 millones de abonados al servicio en 2025 este sistema de satélites lo denominó Starlink. En el 2018, SpaceX lanzó por primera vez al espacio dos de sus satélites espaciales de Internet -el primero de casi 12.000.
Esta red promete llevar conexiones de banda ancha a cualquier parte del mundo, incluyendo para uso militar, científico y de exploración, superando los desafíos tecnológicos y financieros que anteriormente llevaron al fracaso de proyectos similares, como el proyecto Teledesic de Bill Gates en los noventa. A pesar de la complejidad de lanzar y coordinar una constelación satelital de esta magnitud, Starlink ha logrado un notable éxito. Actualmente cuenta con más de 5.000 satélites en órbita y declara tener más de 2 millones de suscriptores activos.
El funcionamiento de estos satélites de comunicaciones se encuadran en la clasificación de los satélites no geosíncronos (NGSO), que operan en constelaciones más cercanas a la Tierra. Debido a su proximidad a la Tierra, los satélites NGSO deben viajar a mayores velocidades para mantener sus órbitas. Estos satélites NGSO se subdividen en satélites de órbita terrestre media (MEO) y de órbita terrestre baja (LEO). Starlink se encuentra en esta última categoría operando a altitudes de 500-1200 km.
Para ofrecer internet satelital se necesita parte del espectro radioeléctrico. A nivel global la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) es el organismo de Naciones Unidas que se encarga de conceder espacios en órbita para el uso de satélites. Y en cada país, los espectro radioeléctricos y frecuencias de telecomunicaciones están regulados por sus instituciones responsables de telecomunicaciones. El primer país que le otorgó licencia a Starlink fue Estados Unidos a través de Comisión Federal de Comunicaciones en el 2018. Y a nivel nacional, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) le otorgó la licencia a Starlink en octubre de 2023 bajo la Resolución 2508/2023.
Preocupaciones sobre su impacto en la tierra y la soberanía territorial
Las preocupaciones en torno a Starlink se centran en su constelación de satélites en órbita baja (LEO). Estas plantean riesgos para la observación astronómica, interferencias electromagnéticas y posibles colisiones entre satélites. Se destaca el peligro de crear escombros espaciales por sus altas velocidades de 25000 km/h, conocido como síndrome de Kessler, que podría resultar en impactos entre satélites en órbita. Además, se mencionan problemas ambientales asociados con numerosos lanzamientos, cómo los gases de escape de los propulsores de los cohetes interactúan con la atmósfera. Estos problemas, combinados, plantean alarmas de prudencia sobre la idea de desplegar constelaciones masivas de satélites.
Andrew Falle, investigador del Instituto del Espacio Exterior de la Universidad de Columbia Británica, advierte que si tan solo se lanza una fracción de los millones de satélites planeados, será imperativo establecer normativas a nivel nacional e internacional para abordar los desafíos de sostenibilidad. Estos desafíos incluyen riesgos de colisión, contaminación lumínica y peligros de re-entrada. En una entrevista que aborda las mega constelaciones de lanzamientos hasta octubre de este año, Falle destaca la significativa cifra de 5000 satélites de Starlink, 630 de OneWeb, 2 de Kuiper, 3000 adicionales de Starlink con Amazon y 1 Cinnamon-937 de Ruanda. Esta cantidad más los demás satélites que están en orbita, suma un total de 337.320 unidades hasta la fecha.
La sostenibilidad del espacio orbital se ve amenazada por las mega constelaciones de satélites, ya que, por un lado, complicarían aún más los esfuerzos para detectar y dar seguimiento a asteroides y cometas que podrían representar riesgos para los seres humanos. Esto incluye impactos a nivel local, regional o incluso amenazas a la supervivencia de toda la especie.
También se suma la sostenibilidad y sustanbilidad de la vida de estos satélites. La duración promedio de un satélite Starlink es de aproximadamente 5 años. Debido a su proximidad a la Tierra, Starlink ofrece conectividad de baja latencia, pero los satélites se ven más afectados por el arrastre atmosférico. Para contrarrestar esto, los satélites en órbita terrestre baja requieren ajustes periódicos de propulsión para mantener su trayectoria, limitando su vida útil según la cantidad de combustible que puedan transportar.
También surge una preocupación importante sobre el despliegue masivo de satélites Starlink que cubren los cielos sin intervención regulatoria de los países afectados. Con más satélites Starlink en órbita que todos los demás combinados, la falta de un marco regulador efectivo permite que el espacio sea aprovechado por el primero en llegar. Starlink parece aspirar a establecer un marco regulatorio de facto a través de su presencia.
La cuestión de la soberanía nacional en el espacio no es nueva, ya que en 1976, se intentó establecer la soberanía sobre las órbitas geoestacionarias. Aunque la Declaración de Bogotá no tuvo éxito, destacó la complejidad del acceso equitativo al espacio. En la actualidad, solo unos pocos países y una organización inter- gubernamental pueden lanzar cohetes al espacio, desafiando la idea de que el espacio debería ser gratuito para todos. La situación actual de los satélites de baja (LEO) presenta desafíos similares, ya que el uso intensivo de ciertas regiones orbitales podría excluir a otros actores, potencialmente violando el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967.
¿Quién sostiene este modelo de negocio?
En un artículo de Steve Song denominado “Starlink and Inequality”, el autor destaca que unas de las características más atractivas de Starlink es su accesible precio para las personas usuarias finales, con tarifas mensuales de suscripción que varían significativamente entre países, que oscilan entre 25 y 100 dólares. Sin embargo, los costos de hardware, que van desde 200 hasta 650 dólares para el terminal Starlink, lo equipara con los precios de las cuotas mensuales de los servicios de Internet residencial en Norteamérica, aunque con costos de equipo más elevados. A pesar de esto, para la Mayoría Global1, estas tarifas siguen siendo inalcanzables, limitando su accesibilidad a un pequeño segmento de la población.
La incertidumbre sobre si los precios de Starlink reflejan sus costos reales plantea interrogantes. A lo largo del tiempo, la convención era que lo que una empresa cobraba por un servicio incluía los costos del proveedor más un margen de beneficio. Sin embargo, el panorama ha cambiado con la influencia del capital riesgo, que ha desafiado esta lógica con el impulso de la escala y la priorización de beneficios futuros. Queda en duda si Starlink, al igual que empresas como Uber, está estratégicamente reduciendo los precios para ganar participación de mercado.
En la situación actual, Starlink obtuvo unos ingresos de 1.400 millones de dólares en 2022. Habían proyectado tener 20 millones de abonados en 2022, pero en septiembre de 2023 tenían 2 millones. Antes de lograr su rentabilidad, Starlink enfrenta un camino desafiante por recorrer. Se especula que la supervivencia financiera al modelo de negocio de Starlink podría depender de una combinación de contratos militares y subvenciones gubernamentales, una estrategia que, aunque plausible, queda sujeta a la imprevisibilidad del propietario, Elon Musk. Dada la naturaleza voluble de Musk, existe la posibilidad de que los gobiernos prefieran tener un control total sobre las constelaciones de satélites militares.
En resumen, Starlink enfrenta desafíos significativos en su búsqueda de rentabilidad. Su enfoque limitado a áreas rurales con población comparativamente próspera excluye mercados urbanos donde ya existen servicios competitivos. Aunque ha recibido permisos para operar en varios países latinoamericanos y africanos, la viabilidad comercial en esta región es cuestionable debido a las limitadas capacidades de pago en zonas rurales. A pesar de la teórica utilidad para proveedores de servicios de Internet rurales, Starlink enfrenta desafíos de rentabilidad a futuro que pueden terminar elevando tarifas. Aunque Elon Musk afirmó que Starlink alcanzó la rentabilidad en noviembre de 2023, la realidad podría ser diferente, ya que la sostenibilidad financiera depende de las inversiones continuas de Musk.
La historia de iniciativas anteriores en Silicon Valley, como el Proyecto Loon de Alphabet, destaca la fragilidad de las proclamaciones de sostenibilidad financiera. Aunque se proyectaba que Loon y proyectos similares generarían ingresos de 4.000 millones de dólares en 10 años, Alphabet cerró abruptamente el Proyecto Loon en 2021, sirviendo como una lección sobre los riesgos del solucionismo tecnológico.
Además, uno de los riesgos que se encontró el proyecto Loon fue que algoritmos basados en inteligencia artificial están descubriendo trucos inesperados para resolver problemas que asombran a sus desarrolladores, pero también generan preocupaciones sobre nuestra capacidad para controlarlos. Un ejemplo de esto ocurrió cuando un algoritmo en un globo de helio de Google, diseñado para viajar de Puerto Rico a Perú, aprendió de manera inesperada una técnica de navegación antigua llamada «ceñida», que consiste en zigzaguear contra el viento para avanzar en la dirección deseada. Aunque esta creatividad puede ser beneficiosa, también plantea riesgos de imprevisibilidad, ya que los sistemas controlados por inteligencia artificial podrían tomar decisiones peligrosas sin previo aviso, como en el caso de vehículos autónomos o robots.
¿Starlink viene a salvar la conectividad de las personas y poblaciones excluidas?
La creciente preferencia de los economistas por estrategias que fomenten economías locales prósperas se contrapone a la naturaleza de Starlink, que representa la antítesis de este enfoque. En lugar de contribuir a flujos locales y circulares de bienes y servicios, Starlink puede agravar las desigualdades al beneficiar solo a una minoría acomodada en comunidades rurales. Aunque proporciona acceso a algunos grupos, también silencia a aquellos que podrían abogar por la expansión de la infraestructura de banda ancha para toda la comunidad, pues centra la atención y recursos en soluciones individuales y de pago.
El impacto de Starlink va más allá de simplemente celebrar el individualismo y tiene implicaciones significativas en la desigualdad. La primera propuesta del economista Tony Atkinson destaca la importancia de dirigir el cambio tecnológico de manera que beneficie a las personas trabajadoras y resalte la dimensión humana de los servicios. Starlink, al centrarse en una conexión a Internet sin crear valor local, no cumple con este enfoque. Sus terminales «plug-and-play» eliminan empleos en la instalación y carecen de posibilidades de reparación a nivel local, en contraste con tecnologías como la fibra óptica, que generan un ecosistema complementario de industrias locales. Starlink, por otro lado, es descrito como una tecnología extractiva que refleja el colonialismo tecnológico en su máxima expresión.
A primera vista, parece interesante, sin embargo, la terminal Starlink es una caja negra. No hay absolutamente ninguna pieza que la persona usuaria pueda reparar, por lo que no existe una industria local de reparaciones. Internet no debería ser una caja negra. Las tecnologías de Internet deben ser fáciles de usar, pero también deben ofrecer la posibilidad de abrir la tapa y entender cómo funcionan. Deben encajar en un ecosistema complementario de tecnologías de acceso y alimentar el desarrollo de competencias y la economía complementaria.
Starlink en Paraguay
En octubre de 2023, CONATEL otorgó la licencia a Starlink. Es el octavo país junto a Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Guatemala en América Latina. La iniciativa fue respaldada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC). Dicha cartera estatal destacó la importancia del acceso a Internet satelital de banda ancha en Paraguay y recibió los primeros equipos en el mes de noviembre. Según su página oficial, espera que esta iniciativa, con el respaldo del gobierno y la licencia otorgada a Starlink, contribuya al crecimiento económico, atraiga inversiones y mejore la calidad de vida de las ciudadanía en diversas áreas como la educación, la salud y el desarrollo económico. Para el MITIC, esta iniciativa representa un paso significativo hacia un Paraguay más conectado y digitalmente integrado.
En cuanto al precio en Paraguay, Víctor Martínez, jefe de Gabinete Técnico de Conatel, indicó que inicialmente las personas usuarias deberán abonar aproximadamente 500 USD por los equipos necesarios para acceder a la red, seguido de un pago mensual de alrededor de 52 USD por la conexión. El funcionario también señaló que, debido al costo más elevado del servicio de Internet satelital de Starlink y en comparación con otras opciones como la fibra óptica, es probable que en las zonas urbanas las personas sigan optando por alternativas más económicas. Destacó que lo más importante es que la empresa extranjera brindará conexión a las zonas más aisladas del país.
«Actualmente, un servicio de 150 Mbps tiene un costo de aproximadamente 120.000 a 130.000 guaraníes en zonas urbanas. Por lo tanto, el costo de Starlink, que es de 52 USD, es prácticamente el doble, lo que probablemente haga que en zonas urbanas no sea la mejor alternativa para los clientes. Sin embargo, al trasladar esto a áreas sin servicio, las alternativas son mucho más costosas que los precios ofrecidos por Starlink» señaló el ingeniero a ABC Color.
A pesar de la legítima y significativa demanda de acceso a Internet en Paraguay, especialmente en las zonas rurales, en TEDIC han surgido interrogantes sobre la implementación de esta tecnología. Se enfocan particularmente en los impactos socio-ambientales y territoriales, abordando cuestiones cruciales como la concentración económica, la autonomía y seguridad de las comunidades locales, así como las transformaciones sociales, culturales, políticas e informativas entre las personas usuarias de servicios.
Entre las inquietudes planteadas se destaca la necesidad de considerar la inclusión digital, sin descuidar el seguimiento de la alfabetización digital. También se cuestiona la existencia o ausencia de legislación que aborde los riesgos derivados de la implementación del sistema satelital, así como la seguridad y privacidad del tráfico de datos y datos personales. Estos aspectos son fundamentales para garantizar un despliegue efectivo y ético de la tecnología de Internet, velando por los intereses y derechos de la población paraguaya en su conjunto.
Solicitudes de acceso a la información pública y muchas preguntas
Como primer paso para conocer los detalles de la licencia y las empresas proveedoras de la tecnología en representación de Starlink. TEDIC realizó una solicitud de acceso a la información pública a CONATEL y se solicitó la siguiente información:
- Documentos del Proceso de Licenciamiento:
- Documentación relacionada con las solicitudes, propuestas y comunicaciones entre Starlink y las autoridades reguladoras durante el proceso de solicitud de licencia.
- Actas de las reuniones, correspondencia y otros documentos relacionados con las deliberaciones sobre la concesión de la licencia a Starlink.
- Acuerdo Final:
- Texto completo del acuerdo o contrato final de licencia otorgado a Starlink, incluyendo todos los anexos, apéndices y documentos relacionados.
- Condiciones, restricciones y obligaciones impuestas a Starlink en el marco del acuerdo de licencia.
- Detalles sobre uso de fondos de servicios universales como parte del paquete de acuerdo negociador para el desembarco de Starlink al Paraguay si lo hubiere.
- Representantes Involucrados:
- Nombres y cargos de los representantes gubernamentales y de Starlink que participaron en las negociaciones y en la toma de decisiones relativas a la concesión de la licencia.
- Documentaciones sobre STARLINK Paraguay SRL (escritura, representantes legales y declaraciones juradas)
- Términos Financieros:
- Detalles sobre los aranceles, tarifas y otros aspectos financieros previstos en el acuerdo de licencia con Starlink.
- Compromisos de Tecnología y Conectividad:
- Información sobre cualquier compromiso o acuerdo previsto respecto a la incorporación de la tecnología de Starlink en el marco de las acciones de conectividad a desarrollar en Paraguay en los próximos meses.
- Planes y proyectos relacionados con el uso de la tecnología de Starlink para mejorar la conectividad en zonas rurales y comunidades aisladas, en particular en las áreas de salud, educación y seguridad.
- Lista de zonas rurales a ser priorizadas en el marco del proyecto de conectividad via Starlink.
Bajo la responsabilidad de proporcionar información pública, CONATEL compartió dos dictámenes como se puede observar en el link de la consulta 76036. Sin embargo, lo destacado es que asumieron que no hubo ninguna mención sobre conectividad, brechas o fondos universales. TEDIC solicitó una re-consideración, pero CONATEL no estuvo de acuerdo con el dictamen de su dirección jurídica y ha indicado que solo lo proporcionarán mediante una orden judicial. A pesar de que la ley de acceso a la información pública es obligatoria para CONATEL, se evidencia un incumplimiento al no proporcionar la información solicitada, lo cual resalta la necesidad de abordar este asunto mediante los canales adecuados para garantizar la transparencia y el acceso a la información. Como siguiente paso TEDIC realizará una acción ante las instancias judiciales.
En resumen
Las mega constelaciones minoristas de satélites en órbita baja (LEO) corren el riesgo de no ser viables ni deseables. Su necesidad de miles de satélites implica costos significativos y la duda sobre la sostenibilidad de los mercados minoristas para este servicio. Además, estas constelaciones podrían excluir a la mayoría de los países, concentrándose en los más ricos y desincentivando a los gobiernos a proporcionar soluciones de banda ancha generalizadas en áreas remotas. Se destacan también preocupaciones sobre la asimetría económica, ya que estas mega constelaciones extraen valor sin contribuir a las economías locales. También se aborda la regulación del espacio, señalando la necesidad de volver a un enfoque de internacionalización compartida, en lugar de permitir que individuos como Elon Musk establezcan reglas de facto al ocupar territorio espacial.
La tecnología, al enfocarse en una conexión a Internet sin generar valor local ni beneficios a las personas trabajadoras y la dimensión humana de los servicios. La naturaleza cerrada de los terminales Starlink, aunque inicialmente parece conveniente, limita las oportunidades de empleo local y la posibilidad de reparaciones, a diferencia de tecnologías como la fibra óptica, que fomentan un ecosistema local complementario.
También se observan que los costos de conectividad continúan siendo prohibitivos para las personas en áreas rurales, lo que aleja la posibilidad de una conexión accesible para todas las personas . En Paraguay, los costos aún son elevados, y aún no se evidencia un respaldo financiero del Estado para que la empresa proporcione servicios a grupos vulnerables en estas zonas.
Además, desde TEDIC se plantea otras preocupaciones como los impactos socio- ambientales y territoriales de esta tecnología. Se destaca inquietudes como la concentración económica, autonomía local, transformaciones sociales y la necesidad de legislación para abordar riesgos y proteger la seguridad y privacidad de los datos en el sistema satelital.
En esa línea, TEDIC buscó información detallada a CONATEL sobre el proceso de licenciamiento, el acuerdo final, los representantes involucrados, los términos financieros y los compromisos tecnológicos. A pesar de recibir respuestas parciales, CONATEL luego se negó a proporcionar más información, indicando que solo lo harían mediante solicitud judicial. Ante esta negativa, TEDIC está considerando acciones legales para asegurar el acceso a la información.