El 1ero de abril, más de 300 organizaciones de la sociedad civil hicieron entrega de una carta dirigida a la Organización Mundial del Comercio (OMC) presentando sus posturas contra el establecimiento de normas sobre el comercio electrónico. Dichas posturas parten de que la intención de ciertos países de reformular las normas de la economía mundial a través de negociaciones con la OMC sobre el comercio electrónico conllevarían a consecuencias y escenarios que dan aún más poder a las empresas de tecnología para lucrar, y que a la par limitan la supervisión del interés público y los beneficios de la nueva economía para el resto de la gente y otros sectores.
Desde TEDIC, sumamos nuestra firma a la carta, la cual expresa una profunda oposición a estas negociaciones, ya que estamos de acuerdo en que las normas que resulten de la negociación representan una grave amenaza para una miriada de aspectos que impactan al desarrollo, los derechos humanos, el empleo y la prosperidad en todo el mundo, y que limitan la gobernanza democrática de la economía digital, vulnerando también a la privacidad y los derechos de los consumidores dentro de este campo. Nos oponemos a este intento de liberalización total de la economía digital, ya que sería muy perjudicial para la economía mundial, y afectaría indiscriminadamente incluso a países que no fueron parte de esta negociación.
Entre los puntos mencionados en la carta, se encuentran los siguientes:
- La necesidad de una gobernanza democrática adecuada de los datos, por encima de la necesidad de que las grandes empresas adquieran un poder ilimitado sobre los mismos;
- Las políticas relativas a la gobernanza de datos en aras del interés nacional o de la comunidad son esenciales para el desarrollo económico y la prosperidad de los países;
- Las medidas de protección de los consumidores, su privacidad y sus derechos se verían amenazados por estas normas reformuladas sobre el “comercio electrónico”;
- El deber de las políticas digitales de promover empleos decentes para la prosperidad común de los trabajadores y trabajadoras, no para limitar su poder;
- La urgente necesidad de normas y acciones en jurisdicciones distintas a la OMC que establezcan reglamentaciones antimonopólicas, a fin de evitar una dominación digital hegemónica y prácticas monopólicas dañinas;
- La liberalización digital lastimaría al desarrollo y aumentaría la pobreza en los países en desarrollo;
- La necesidad de la industrialización digital para la promoción del desarrollo y las MPYME;
- La restricción de las posibilidades de establecimiento de sistemas fiscales más justos como consecuencia de las normas de “comercio electrónico”;
- La necesidad de políticas que promuevan la innovación, las pequeñas empresas y la seguridad por encima de las patentes monopólicas;
- La necesidad de que cada país cuente con un margen de maniobra en materia de políticas para evitar la liberalización total perjudicial que puedan promover las normas de “comercio electrónico”;
- La necesidad de una nueva agenda para las políticas económicas digitales y para la economía mundial.
Para más información, podés encontrar la Carta acá.